Hipnosis clínica en terapia mitos desterrados
Se hace necesario escribir a cerca de mitos sobre la hipnosis clínica en terapia, ya que sobre la hipnosis hay mucha leyenda y muchos prejuicios injustificados, que proviene de un desconocimiento absoluto de esta herramienta. A ello han contribuido programas en televisión donde se busca el espectáculo y películas que muestran un control absoluto sobre la persona, e incluso una manipulación de la mente, y dejan un poso de desasosiego al que lo presencia.
No es de extrañar que cuando se le plantea a un cliente que se puede usar la hipnosis para ir a extraer la raíz de su problema, el cliente se sienta turbado ante la sola idea de reproducir en consulta lo que ha visto en espectáculos. Lo curioso es que hay personas que es eso precisamente lo que esperan de una sesión de hipnosis, que el terapeuta se haga con el control de su mente y se llevan una decepción, porque no se trata de eso en absoluto.
Nada más lejos de la realidad el uso que se hace de la herramienta de hipnosis en una terapia psicológica. Motivo por el cual estoy escribiendo esta aclaración. Mi deseo es desterrar mitos y que se pueda contemplar esta herramienta, como una buena opción, con la más absoluta normalidad y tranquilidad.
Cuando se usa hipnosis en consulta es para ir de una forma más rápida a la raíz del problema o problemas que están afectando a una persona. Yo siempre explico que es en estado hipnótico cuando tu mente no consciente permite ir al origen donde todo se ha ido gestando. Igual que si te metes en un ascensor y eliges pulsar el piso al que te quieres dirigir, y en este caso, ese piso es el que si o si nos muestra las claves del problema que se quiere solucionar. Por lo tanto, la hipnosis, como herramienta, permite ir precisamente al origen, ahorrando tiempo, esfuerzo, sufrimiento e incluso dinero al cliente. Se considera la vía rápida en terapia breve para solucionar múltiples problemas de conducta, disfunciones emocionales, de relación con otras personas, tics e incluso enfermedades psicosomáticas.
La clave siempre está en la mente no consciente de las personas. Porque incluso cuando las personas creen saber el origen de su problema, y tienen incluso un recuerdo más o menos nítido de ello, tras la sesión de hipnosis se dan cuenta de que ademas de lo que recordaban, el recuerdo no estaba completo y mediante el estado hipnótico son capaces de revivir claramente cada detalle, cada aspecto y cada emoción asociada al problema. Es precisamente cuando la mente permite acceder al recuerdo como si estuviera ocurriendo en ese momento, cuando la acción terapéutica se pone en marcha con la pericia y experiencia del terapeuta. Los hechos no se pueden cambiar, pero si se puede cambiar la resolución que tuvo el cliente en el momento en que los hechos ocurrieron y desprogramar todas las connotaciones negativas que se quedaron grabadas en la mente, sobre todo a nivel de mente no consciente que es la que nos afecta en nuestra conducta en más de un 90%.
El terapeuta ejerce su función de reprogramación clínica en positivo, dando opciones a la mente no consciente para liberarse de miedos, culpa, desvalorizaciones, y un sin fin de aspectos que son los que están afectando a la persona y no la dejan avanzar en su vida, ya sea a nivel personal, familiar e incluso profesional.
Suelo utilizar el símil del archivo informático para que se entienda mejor: la hipnosis clínica reparadora es una herramienta de acción terapéutica por la que se detecta “el archivo dañado” con un virus de pensamiento & emoción negativo que ejerce un bloqueo emocional y se repara dejando el archivo original sin el virus, con el desbloqueo emocional, que es el que causó el problema a la persona.
Las personas se sorprenden mucho de lo que son capaces de recordar en estado hipnótico y el efecto post sesión se describe como revitalizador, esclarecedor, un nuevo comienzo ya que hay claramente un antes y un después en la vida de la persona.
Lo que queda por aclarar es que la hipnosis, en sesión terapéutica, consiste en llevar a la persona a un estado de relajación en el que su mente consciente se queda en posición de observador, sin intervenir, dejando que la mente no consciente deje aflorar los recuerdos y la información asociada a ellos con toda nitidez. Importante resaltar que la persona está plenamente consciente durante todo el proceso, es decir, quiero dejar claro que la consciencia no se pierden en ningún momento y por descontado el control sobre la situación tampoco. De hecho, es perfectamente posible y en alguna vez ha pasado que la persona necesita interrumpir la sesión para ir al baño y tras regresar se puede continuar perfectamente desde el punto en el que se ha dejado.
Existen diferentes niveles de profundización al trance hipnótico, hablando en términos generales, y la hipnosis de terapia es una hipnosis de nivel intermedio, es decir, que permite que afloren recuerdos muy vividos, pero la consciencia esta siempre presente, siempre observando y atenta.
Otro aspecto a tener en cuenta es que hay un porcentaje pequeño de personas que no se relajan lo suficiente para permitir que su mente consciente se ponga en estado de observador, para dejar aflorar la mente no consciente. Esto se debe principalmente a una resistencia inconsciente, bien por miedo a perder el control, en algunos casos, o bien por miedo a lo que pueda surgir de su mente no consciente.
Las personas que no entran en estado hipnótico, se siente frustradas tras el intento de entrar, pero en estos casos se recomiendan otras opciones terapéuticas que pueden ser igualmente efectivas. Dependiendo del caso se recomiendan unas herramientas u otras de forma personalizada.
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Espero y deseo que este artículo te haya ayudado a desterrar mitos sobre la hipnosis clínica en terapia para siempre. 🙂